Bronco
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En cuatro recitales en otros tantos puntos cardinales del Paraguay, los cuatro integrantes de Bronco arrasaron. Entre 55.000 y 75.000 personas, dependiendo de quién las cuente, fueron a verlos. Un fenómeno que carece de una explicación racional o cultural.
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Ramiro en el acordeón, Lupe en el bajo eléctrico, Choche en la batería y Javier en la guitarra eléctrica, secundado por Juan Angel Herrera en percusión de apoyo. Los miles de seguidores en Checho’s, delirando con “Amigo Bronco”.
En cuatro recitales en otros tantos puntos cardinales del Paraguay, los cuatro integrantes de Bronco arrasaron. Entre 55.000 y 75.000 personas, dependiendo de quién las cuente, fueron a verlos. Un fenómeno que carece de una explicación racional o cultural.
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Ramiro en el acordeón, Lupe en el bajo eléctrico, Choche en la batería y Javier en la guitarra eléctrica, secundado por Juan Angel Herrera en percusión de apoyo. Los miles de seguidores en Checho’s, delirando con “Amigo Bronco”.
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Para muchos el fenómeno Bronco, el conjunto mexicano de música grupera integrado por Lupe en el bajo eléctrico y voz líder, Ramiro en teclados y acordeón, Choche en batería y Javier en guitarra eléctrica, es algo inexplicable, que sobrepasa cualquier análisis racional.
Para muchos el fenómeno Bronco, el conjunto mexicano de música grupera integrado por Lupe en el bajo eléctrico y voz líder, Ramiro en teclados y acordeón, Choche en batería y Javier en guitarra eléctrica, es algo inexplicable, que sobrepasa cualquier análisis racional.
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En la noche del domingo en el complejo Checho’s de San Lorenzo, cuando el grupo hizo doblete porque a la siesta tuvo que actuar en Ciudad del Este, la cantidad de gente que se llegó colapsó las vías de acceso y las mismas instalaciones resultaron pequeñas para los 25.000 fans de todas edades y condiciones que no tuvieron inconvenientes en subirse a los árboles, estar a un costado donde solamente podían escuchar las canciones o aquellos que optaron por estar apretujados en los diferentes niveles.
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En la amplia explanada al aire libre, miles de jóvenes de toda condición social, celular o cámara en mano, graban.
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Hemos tenido ocasión de ver tres de sus cuatro conciertos y en todos lados la histeria era plena, la cara de la gente, de euforia, de una alegría indescriptible. Gracias a la música y la magia que genera Bronco.
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Qué más se puede pedir. Pues si el respetable dice masivamente que sí, solo queda quitarse el sombrero.
En la noche del domingo en el complejo Checho’s de San Lorenzo, cuando el grupo hizo doblete porque a la siesta tuvo que actuar en Ciudad del Este, la cantidad de gente que se llegó colapsó las vías de acceso y las mismas instalaciones resultaron pequeñas para los 25.000 fans de todas edades y condiciones que no tuvieron inconvenientes en subirse a los árboles, estar a un costado donde solamente podían escuchar las canciones o aquellos que optaron por estar apretujados en los diferentes niveles.
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En la amplia explanada al aire libre, miles de jóvenes de toda condición social, celular o cámara en mano, graban.
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Hemos tenido ocasión de ver tres de sus cuatro conciertos y en todos lados la histeria era plena, la cara de la gente, de euforia, de una alegría indescriptible. Gracias a la música y la magia que genera Bronco.
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Qué más se puede pedir. Pues si el respetable dice masivamente que sí, solo queda quitarse el sombrero.
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